Ultraviolento

Lo peor que me podrían decir en la vida es "sos mi cable a tierra". Para cable a tierra, poné un noticiero.
Yo quiero ser la puerta a otra galaxia, quiero que después de atravesarme te vuelvas universal, gigante, te suspendas en el aire y no camines más. 
Quiero ser eso para alguien porque quiero que alguien sea eso para mí. Mutuo. Recíproco. Cíclico. Armónico.

Violento.

La armonía y la violencia no son antónimos. Pueden relacionarse simbióticamente, o por lo menos así sucede adentro mío. Mi armonía se alcanza con la dosis justa de violencia: siempre me es necesario cierto descargo, algún insulto, un poco de dolor quizás. A su vez, me violento cuando mi armonía es corrompida.
Descargar violencia, aplicarla, recibirla me hace bien, me gusta. Pero es cierta violencia, es la violencia sublime del sexo, o el insulto entre las risas, o de arrancarse la ropa en vez de sacársela delicadamente. Todo tiene su magia. La violencia etérea, perspicaz, pequeña, también.