Notas.

Nuestras infinidades repetidas en las sombras.
No se debe olvidar que dentro de cualquier figura iluminada hay sombra permanente. 
Y dentro de cada sombra que se mueve hay una quietud de densidad oscura y pareja.

Quiero que entres al cuarto y me veas desnuda: muñeca de huesos pequeños, observadora enamorada de la Luna, como una loba sedienta, hermana de las flores e hija del viento; todavía le temo un poco al Sol y a todo su espectro de colores. Es que estar bien no me sienta bien. Sin embargo, quiero que entres al cuarto y me veas, con los ojos enamorados y la boca sedienta de muñecas desnudas.

Para vos todo es canción.

El lenguaje de las sombras. Los vientos que hacen el amor con la niebla. Las hojas aplauden la ausencia de la Luna esta noche.
Las nubes cargadas de miedo buscan espejos que romper.

Presa infinita.

Hoy, nuevo sol. Ayer los ojos se me entumecieron: vi la perfecta expresión de la belleza en el cielo y en el aire (volaba la música). Los árboles son mi paisaje natural, digo, mi hábitat, lo que yo quiero ver: ramas y nidos vacíos de los pájaros muertos en medio del campo. Yo caminé encima de sus cadáveres, escuchando crujir huesos pequeños a cada paso.

Sentada, pienso en la humana-felino que soy. ¿A dónde estará escondido mi cementerio de pequeños cuises? 
Cada puerta que abro se cierra al primer soplo de viento. ¿Será, quizás, cuestión de cerrar todas las demás ventilaciones de mi casita llena de ecos? Sentarme a esperar que me coman las bestias sería otra opción, claro, infalible como siempre.

(La cuarta cuerda se rompió aullándole al viento su última canción, cortándolo como sólo puede hacerlo un un elemento musical mutilado)

Debo bajar de mi tarima. Luego, aullar.

Niña pequeñísima en caja de cristal. Diminuta, espera en plena avenida ser atropellada. La caja está hecha para ser rota y apuñalar con sus astillas a la flor que yace dentro.

Temblor y vértigo final. ¿Después? Ausencia. O silencio. Es decir que la humano-felino se ha dormido (en sus ojos oscuros, ahora cerrados, hay un árbol tatuado. Un árbol a contraluz).

El árbol que latía,
Adentro vivía un esperma furioso, rojo y azul, brillante, vibrante y ordenado de forma simétrica en medio del caos.

Y el frío se me anudó a los huesos.

Actos de crueldad ambigua: tanto amor y luego echar un insecto a las brazas y verlo morir doblándose. 
Los sueños me hablaron: El abandono es mi mayor miedo, me comería una ausencia de rama talada. ¡Ah, niño! Me hacés entrar a una jaula cómoda y dejás la puerta abierta. Pero me das tanto, tanto, que no puedo dejarte: me es imposible pelear con mi gula.
Pánico al sentir que te necesito sabiendo que la vida es puro uno, pura singularidad, pura soledad. Yo sé que yo sola. Yo niego que sin vos.
Creo que si nos vamos a consumir, es justo que lo hagamos juntos.


Remitir a formas hermosas para nombrarme:
pájaros de huesos quebrados
(pajaritos de huesos quebrados / pájaros de huesitos quebrados / pajaritos de huesitos quebraditos)
o muñecas
(sangrantes o rotas)
bailarinas sin piel
animal moribundo
prisma de cristal.


(¿un cristal sufre así cuando lo perforan?)
Peligroso mi afán por plantar rosas en tu jardín de puro invierno.

quise escribirte (prefacio)

si es que detrás (o delante) de esta pantalla, de este texto, hay algo (o alguien) que lo está leyendo
le digo (o pido)
por favor

no conozcas las sombras detrás del poema,

no analices por qué el hombre ahora es lobo

ni por qué la niña es muñeca o felino

por qué es devorada

por qué tiene miedo

no te enriedes



podemos (vamos a) entrelazarnos en intertextualidades

y nada más.

silencio, alguien llega.

Yo lamía mis heridas tranquila,
zurcía y mezclaba sangre y saliva.
Yo sola, podía.
Todas mis sombras y yo sola.
Todas dobladas se relamían en mis heridas,
clavaban agujas en mis piernas y mis mejillas
lloraban sus lágrimas dentro de mis agujeros
la sal me comía la carne los órganos el cerebro
ellas hablaban idiomas extraños lavaban sus manos con sangre
temblaban de hambre me ponían fría,
ellas curaban y mordían,
dentro de mi cuerpo se multiplicaban en mi nuca fornicaban
yo moribunda creía
que tranquila mis heridas lamía
que yo
           sola
                  podía.


yo (des)espero.

Hay algo de belleza amorfa en vos, puesto que no la encuentro en tu cuerpo; no la descifro en la forma de tus labios pero sale constantemente de tu boca; no la veo en tus ojos pero ellos parecen mirarla todo el tiempo; no la huelo en tu piel: la huelo en todo el barrio.
Provocación: morderme el labio inferior constantemente como cuando recién aprendía yo, ninña felino, a mirar al lobo a la cara mientras él endulzaba mis sábanas. (O las suyas). 
(me) dio cuenta de una desconexión - casi fatal, estaba yo en coma (inducido) - entre mi cabeza y mi lengua (inflamadas ellas de tan poco silencio).
Soy pa(de)ciente.
Sufro estúpidamente la coronación de los demás animales de diversas especies todos comidos por el mismo lobo y yo no puedo dejar de pensar que fui la primera. Primer presa. Y aquí luego de haber sido deseada querida buscada esperada conquistada comida desgarrada saboreada engullida degradada... Soy materia fecal.

No me puedo dormir y debería, de una vez por todas, despertar.

(entregada al vacío absorbente: la niña felino observa la Luna desde el fondo del pozo y descubre que hay otra forma de mirar). Es que se olvidó su ego en casa.
No sé si abrí los ojos o estoy ciega. 
Tiemblo. Tengo miedo. Aúllo. 
¿Qué voy a hacer, ahora hacia dónde corro? 
Me cansé de caminar coja, herida, mordida. 
He recuperado mi propia pierna y al alba canto y vuelvo a caminar. 
Pero sé que la caída de la noche sucede todos los días y que los lobos están detrás de mí. 
Ahora decíme, por favor, ¿cómo se hace para ser amiga del lobo? 
En realidad quiero hacerle el amor.
¿Cómo hago que la bestia entienda? ¿Cómo le explico mi dolor? ¿Cómo le demuestro que podemos llorarle a la Luna juntos? 

No. Debo llorar en silencio, escondida:
El lobo siente hambre y, antes de morir, preferirá matarme.

mi muerte

Lobo, casi muerto por tu hambre
a pesar de tanta distancia
aun hueles mi sangre.

Aunque la hemorragia no se detiene,
hoy ya no busco una cura:
hay heridas que no tienen sutura.
El frío y la lluvia ya no importan,
entendí que la vida no se acorta,
que no existe el tiempo lineal
sino la consecuencia de toda mi humanidad.

El día en que el animal me alcance
no habrá flor que me adorne
pues no tendré manos ni cabello,
seré polvo, esperando que me vuele el viento.
Y un aullido de lobo hambriento
será acaso el único lamento
cuando al fin descanse, escondida en el silencio.

Enero.

"Fue en verano. La Luna nos miraba y las estrellas llovían. Nos perdimos en un bosque viviente que absorbió nuestras vidas y nos empujó a jugar, despojados de reglas, de palabras, de tiempo, olvidados en una conjunción subalterna de dimensiones abrasantes, profundas, hundidas y entrelazadas como círculos en el viento. El suelo nos expulsó del bosque, como un nacimiento. Hizo surgir del mar un Sol de luz eterna. Fuimos mente, universo, color y polvo. Brotamos. Buscamos respuestas. Encontramos razones."

http://ocasionesespaciales.bandcamp.com/
Capullo desnudo pide vida

aflora un secreto guardado en lo profundo
la clave del llanto es el tiempo de este mundo:
pena eterna del ser humano, autocondenado a lo lineal,
al principio y al final.
Hablé de final cuando siempre me había llenado la boca de infinitos. Hablé de destrucción sin creación, hablé de muerte sin sueño, hablé de amor cuando yo no creo en nada.

buenosaires

Buenos Aires, te camino y te odio. Vos, ciudad melancólica. Melancólica porque gris, sucia, plana, triste. Melancólica porque tus arquitectos, tus autores materiales y tus autores intelectuales, todos, fueron y son unos descontrolados. Melancólica porque tus edificios extrañan sus viejas fachadas,tu gente extraña vivir apasionada y se refugia en la mentira de los medios, de los turistas que dicen que el argentino es apasionado. El porteño no, no mintamos más, te opacaste. Buenos Aires, resentida, ciudad que fue y que ahora busca ser algo que no es, viviendo de las lavadas de cara que le dan sus gobernantes, tratando de ocultar a los indigentes que duermen en las plazas, tratando de hacer que la gente se mienta para no sentirse vacía. La gente como yo (¿qué será "como yo"?) odia Buenos Aires, porque le representa el trámite, el tránsito, frustraciones, trabajos que aburren al tiempo. ¿Cómo se hace para quererte, Buenos Aires? Si te tengo que mirar todos los días. Te miro, te observo y te pienso y a cada momento siento que te quiero menos, con tus miles de soles reflejados en la acera clara, en el edificio espejado, me dejás ciega Buenosaires. Con tus arquitecturas viejas y hermosas pero descuidadas, rotas y sucias. Con tus edificios modernos tapando la vista al río. Con tus vestigios de grandeza, tu olor a basura, tu gente que vive de paso, ni hablar de los turistas, no nombremos las horas pico, buenosaires, somos todos inmigrantes. ¿Cómo quererte buenosaires, cómo hago para extrañarte? ¿Cómo alejarme del centro de las cosas, en torno a lo que todo gira? Yo no puedo y te odio, Buenos Aires.

el sentido

La abreviación del sentido del ser acotado a sólo algunos aspectos, minimizado a la menor cantidad de palabras. Intrincado como sólo lo pueden ser las incógnitas del humano curioso, enfermo, caprichoso. ¿Qué es lo que nos ata a lo que estamos atados? 
Simplificación constante en el sentido explicativo, lo que da como resultante un caos cerebral, una pelea entre la negación y la realidad, entre lo que se siente y lo que se cuenta, entre lo que se ve y lo que se mira. ¿Qué es lo que nos lleva a pensar una cosa, decir otra y realizar una tercera? 
Creerse menos animal por procesar las cosas, analizarlas, volver a un sentimiento una manufactura. Reprimir impulsos naturales, voraces, violentos. Desgarrar el sentido propio buscando caminos que no existen. Actuar como si tener un plan nos diera alguna certeza. Limpiar la conciencia de errores, recordando furtivamente los actos pero no su raíz. Explicando. Justificando.
Pensar las respuestas más sencillas. Tener miedo. Naturalizar. Organizarse. Ser ciego y sordo. Estar frustrado. Creer que es tarde. 

¿Cuándo perdimos la capacidad del acto reflejo? 

vacío

no hablemos de mis sueños pasados
no hablemos de las pesadillas que contuviste con tus propios brazos
no hablemos de mi cuerpo temblando
no hablemos de los elixires de cada uno ni de los vicios
no hablemos de las sonatas ni de los nocturnos
no hablemos de vida ni de muerte ni del más allá
no hablemos de lo que hablábamos y escuchábamos
no hablemos de nosotros, lo compartido, lo vivenciado
no hablemos de ningún futuro, ningún pasado
no hablemos de aquella vez
no hablemos de los ojos, de las miradas
no hablemos de separar el arte del amor
no hablemos de la tibieza, de la pieza, de la cama

no hablemos de nada

en todo sentido

nunca voy a ser tan fuerte como para aguantar el amor

tengo que ahuyentarlo
tengo que liberarlo
tengo que darlo todo

y siempre, siempre me tengo que ir.

Escapar usualmente de las situaciones de protección que produce el cariño, imaginar innecesariamente que eso que siento que el otro siente es mentira. Amo, amo tanto que temo. Temo tanto que parto.

La que fui ayer hoy volvió para llevarme hacia adelante.

Y

yo no digo nombres
yo no sé de sustantivos
de nombres propios

sé definiciones que no sé qué definen

las palabras sólo rellenan espacios vacíos

lo que habla es el movimiento

Y
¿qué mejor forma de estar ausente
que ocupando cuerpo y mente?

Lo banal, lo absurdo, lo insípido de la vida cuando se nos va de las manos y no tenemos el coraje de ir a buscarla. Lo trágico que suena todo cuando se lo nombra y se lo describe. ¿Trágico? En realidad las respuestas siempre están claras, en frente nuestro. Victimizarse se volvió parte de la naturaleza humana, quizás.

yo no nombro
yo no entiendo de cuentos
yo no hablo
yo ordeno

yo designo una letra a cada sonido en mi cabeza, yo escribo y cuantifico, yo destruyo y me construyo, yo armo oraciones sin sentido, sin sintaxis, yo me callo la boca o digo cosas que no importan, yo, yo, yo.
El ego es un aliado en el cual me refugio. Las palabras son un invento innecesario. ¿Por qué siento que debo explicar con palabras lo que siento? ¿Por qué a través de ellas es más fácil entenderlo? ¿Es más fácil? ¿Entiendo alguna vez, algo?
¿Por qué concentrarse en entender?
Sos mi pensamiento más claro. Mi sentimiento más profundo. Sos el paréntesis más extenso y necesario que este texto aburrido necesita. Te convertiste en magia eterna, en recuerdo que vive y late adentro mío incluso cuando estoy con vos. Tengo algunos agujeros negros en mi espacio: ninguno puede absorberte, sos fuerza y existencia clara y precisa. Sos una metáfora que refiere al mar y a las estrellas. Te volviste mi poesía favorita, una canción que me habla de ser y probar, del fracaso continuo como enseñanza eterna. 
A veces también sos mi miedo, sos mi debilidad. Pienso y refiguro mi vida: creo que en este momento la herida que más me podría doler sería la que te hagan a vos. Sólo sé pensar en misterios, en mi inconclusa figuración del mundo, en el espacio y el tiempo, en la duda eterna del infinito, en las galaxias y en el amor. Cosas que no entiendo pero que disfruto. No siento que pierdo el tiempo cuando me pierdo en ellas. Y las encuentro constantemente, entrelazadas: floto en el infinito mismo fuera de todo espacio y tiempo en un simple abrazo, en una compleja reacción química de mi cuerpo cuando el calor de una piel me traspasa los poros.
Lo hermoso de la duda, del no saber, es dejarse arrastrar. No hay posibilidad alguna de herirse más de lo que nos íbamos a herir de todas formas. La caída ocurre, siendo fatal o un simple raspón. Levantarse puede dejar de ser una decisión propia muy rápido. Ese es el miedo, el fatalismo con el que uno condimenta la vida constantemente. Yo, por mi parte, prefiero enfocarme en mantener un desequilibrio entre la duda y lo que debería aprender, entre el misterio y la decisión. Prefiero vivir más el negro presente, el no tener rumbo pero caminar igual. Se vive y se disfruta. Se sufre también, claro, es una vida. Pero mi alma prefiere creer que también el azar me lleva a golpearme, no sólo mis decisiones propias. Quizás piensen que esto es un abandono de responsabilidad por mi parte. Sí. Pero también es una forma de protegerme. ¿Cómo te protegés vos? ¿Cómo cuidás tus rodillas, qué es lo que hacés que te hace sentir más cómodo en la vida? Yo sé perfectamente que las decisiones no pueden no tomarse, pero las minimizo y dejo que el tiempo corra, aprovecho su concepción lineal y lo uso para que me enseñe. Estar bien, estar mal, es relativo siempre, hay aspectos escondidos que sólo el tiempo te enseña a ver. Por suerte (o por decisión propia), no caigo en el cómodo molde de la vida. Yo no me protejo así, no me guardo en ningún lado. Mi forma de vivir consiste en caminar eternamente, lento pero a pasos grandes. Vivir sintiendo solamente, haciendo lo que siento, sacrificando mis escrúpulos y sufriendo a conciencia sólo si sé que por ese camino voy a lograr lo que quiero. Ponerse metas continuamente, de a una, tranquila y fugaz a la vez, me mantengo en la sombra de la luna, me perfilo hacia un mundo onírico, pienso que voy a llegar a otro lugar pronto. No me importa exactamente cómo, no me interesa. Llegaré por algún camino, mis caminos bifurcados, mis pensamientos remotos, viviendo día a día, riendo día a día, sufriendo el día a día. Sufirendo la cotidianidad, sufriendo la ciudad, sufriendo las indiferencias y prepotencias del mundo que habito. Estoy en esta vida para juntar valor, solamente para eso. Juntar valor para partir. 
Por eso mis pequeñas metas requieren pequeños sacrificios. Disimuladamente me estoy burlando un poco de la vida que me trajo (me traje) hasta acá. Me puse frente a ella, la miré entera y escribí esto. Siento que todo se construye de a poco y siento que las dudas no hacen más que frenar esta tarea. No le tengo miedo al futuro, porque es inevitable y no tendría sentido temerle. Prefiero concentrarme en el placer que me causa vivir así, al lado tuyo, descubriendo que sos mi pensamiento más claro, mi paréntesis más extenso, un recuerdo que vive y late en mí, hoy y hasta siempre.

cementerio

me revuelvo el interior constantemente buscando las respuestas que no encuentro desde que tomé consciencia de que las cosas que pasan - que van - que vienen - que están y que no están tienen que ver desde lo más infinito a lo más chiquitito con lo que uno -sientepiensahablaimagina- y busco busco pero sólo encuentro señales
yo.solo.puedo

ver.
ver el pecho más hinchado que nunca

saber qué le sucede:

es que guarda cosas hace tiempo
hay una estampida ahí adentro
duele la tráquea llora cada alvéolo

y escucho que cada gota de sangre se pregunta cómo salir de acá

mi cuerpo me quiere convertir en cemento