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Qué raro encontrarte otra ver revoloteando al rededor de un desconocido. Te veo danzar en puntas de pie, saltando, girando y sonriendo. Más que nadie, sé que esa sonrisa es verdad, es pura, de felicidad y alegría. Sé que te alimentás de esto: de conocer gente, seducirla, engatusarla, enamorarla y esfumarte. 
Lo que vos hacés en una noche no lo hace cualquiera. Lo tuyo es más parecido al amor. Lo tuyo se parece a lo eterno, a la fidelidad, a la conexión energética y a la vida misma. No sos sexo y nada más. No, no te gusta. Vos necesitás ficción. Necesitás hacer una puesta en escena gigante, entrar en personaje, mentir descaradamente, venderle al público tu actuación. El problema no es lo que hagas, sino que para todo ello, tenés que involucrar a alguien más. Y a vos te gustan bien inocentes, poco descarados, tímidos, sumisos. No te importa si es hombre o mujer, no te importa la raza, el idioma ni cómo se viste ni qué le gusta fumar. Discriminás solamente a los que tienen personalidad. Yo supongo que es porque te da miedo que alguna vez reaccionen ante tus desprolijidades. Está claro que preferís que se queden mirando como vos bailás Izabella moviéndote espasmódicamente y sacudiendo todos los harapos, polleras y alhajas que te vas sacando y revoleando al compás del mágico Hendrix. 
Y sí, ¿qué más puede querer una chica como vos? ¿Qué más que mostrarse, mientras el otro envidia? Nada. Es lo que te gusta, lo que amás. Lo único que amás en verdad. Amás refregarle a todos tu voluptuosidad, lo bien que hacés las cosas, la hermosa y gran sonrisa que tenés...
A mí ya no me podés mentir. Porque también te veo llorar cada vez que estás sola. 
Dando vueltas por la misma habitación en la que hacías el amor tan descaradamente con cualquiera, te veo rondando de un rincón a otro con tu té en la mano, arrojando libros después de leer algún que otro renglón, gritando, pateando, haciéndole berrinches a nadie, reprochándote cosas, hablando en voz alta con tu sombra.
Decíme la verdad. ¿Estás contenta con la vida que llevás? ¿No te sentís un juguete? ¿No te sentís plastica, fría, de mentira? ¿No te cansás de estar sola?
¿No te duele?

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