Y

yo no digo nombres
yo no sé de sustantivos
de nombres propios

sé definiciones que no sé qué definen

las palabras sólo rellenan espacios vacíos

lo que habla es el movimiento

Y
¿qué mejor forma de estar ausente
que ocupando cuerpo y mente?

Lo banal, lo absurdo, lo insípido de la vida cuando se nos va de las manos y no tenemos el coraje de ir a buscarla. Lo trágico que suena todo cuando se lo nombra y se lo describe. ¿Trágico? En realidad las respuestas siempre están claras, en frente nuestro. Victimizarse se volvió parte de la naturaleza humana, quizás.

yo no nombro
yo no entiendo de cuentos
yo no hablo
yo ordeno

yo designo una letra a cada sonido en mi cabeza, yo escribo y cuantifico, yo destruyo y me construyo, yo armo oraciones sin sentido, sin sintaxis, yo me callo la boca o digo cosas que no importan, yo, yo, yo.
El ego es un aliado en el cual me refugio. Las palabras son un invento innecesario. ¿Por qué siento que debo explicar con palabras lo que siento? ¿Por qué a través de ellas es más fácil entenderlo? ¿Es más fácil? ¿Entiendo alguna vez, algo?
¿Por qué concentrarse en entender?