No sé si abrí los ojos o estoy ciega. 
Tiemblo. Tengo miedo. Aúllo. 
¿Qué voy a hacer, ahora hacia dónde corro? 
Me cansé de caminar coja, herida, mordida. 
He recuperado mi propia pierna y al alba canto y vuelvo a caminar. 
Pero sé que la caída de la noche sucede todos los días y que los lobos están detrás de mí. 
Ahora decíme, por favor, ¿cómo se hace para ser amiga del lobo? 
En realidad quiero hacerle el amor.
¿Cómo hago que la bestia entienda? ¿Cómo le explico mi dolor? ¿Cómo le demuestro que podemos llorarle a la Luna juntos? 

No. Debo llorar en silencio, escondida:
El lobo siente hambre y, antes de morir, preferirá matarme.

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