Volveré a ser lo que no fui nunca.

Lágrimas que rebalsan desde este cuerpo vacío, remiten una tristeza desbordante, abrumadora. Es mi alma muriendo, secándose desde adentro hacia afuera, para volver a ser como era antes.
Este período de mi vida fue un bache, en el que subí al cielo a tocar nubes con las pestañas. Pero ya se acaba y, como en todo período, viene el descenso, en el cual nado en el peor infierno por un tiempo antes de volver a la estabilidad que me brinda ser una persona de sentimientos acorazados.
Volveré, así, a ser arisca, poco demostrativa, menos inocente, evasiva y objetiva. Volveré a dejar el compromiso y el amor de lado, y reivindicaré mi figura de mujer independiente. Volveré a ser fuerte.
Volveré, también, a sentirme sola en las tardes y volveré a llorar a en las noches. Volveré a desestimar mi propia personalidad y a hundirme entre sábanas ajenas sin ningún sentido. Volveré a anhelar un suspiro, un perfume y una sonrisa. Volveré a extrañar, pero esta vez, como nunca antes, pues nunca antes me había enamorado.
Y aunque mi orgullo, en parte, me prohíba decirlo, por otro lado necesito hacerlo: No quiero volver.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario