La ignorancia mata.

Tengo una necesidad atroz de hacer un planteo. Toda mi vida, hasta ahora, había sido ajena a esta necesidad. Hasta llegué a considerarla patética.
Pero ahora tengo esa compulsión de no dejarlo hablar, de decirle en la cara todo lo que me molesta, de pedirle que me mate pero que no me haga esto, de perder el control y moverme espasmódicamente de un lado a otro mientras digo cosas descontroladas y sin filtro de las cuales seguramente me arrepienta al día siguiente, de atosigarlo con ideas estúpidas que debo haber inventado sin justificación alguna y de irme caminando rápidamente, sentarme en el cordón de alguna calle y largarme a llorar con todas mis fuerzas, para terminar de sacar este conjunto de emociones mortificadoras encontradas.
Me quiero hundir. En dónde ser, me quiero hundir.
Hundirme en una depresión. Hundirme en tus arenas movedizas. Hundirme entre un par de piernas largas, de piel suave y tersa. Hundirme en los brazos de mis amigos. Hundirme en un océano de lágrimas. Hundirme, ahogarme... Morirme.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario