Igual, vos lo lograste.

Tengo el temor de que mi pasión sea más grande que la suya. Porque mi forma de amar es así, apasionada, llena de cosas que a veces otros no sienten. Yo, no sólo necesito amar y ser amada para sostener una relación. Necesito también apasionarme y ser el objeto de la pasión del otro.

(Quiero ser el aire en sus pulmones, la sangre en sus venas, el néctar de sus flores y el elixir de su vida. Quiero ser todo, que es mucha más que sólo una amante. Quiero ser novia y amiga, confidente, sostén, apoyo, felicidad y paz. Quiero ser vida y obra, quiero ser su diversión, quiero ser su deporte, su escultura, su necesidad y su orgullo. Quiero ser todo eso que él es para mí.)

Acabo de descubrir que soy complicada. A pesar del amor, me urgen otras cosas. Cosas que me pudo dar una sola persona en toda mi corta vida.

(Me urgen: risas, música, arte, conversación, sexo, emoción, placer y profundidad.)

Ahora entiendo por qué soy capaz de amar tan fácilmente. Porque, para mí, amar no es más que un componente de todo esto. Amar no es lo clave en mi mundo.
Soy la felicidad más difícil de lograr y la más complicada de hacer durar. Soy simple para amar, pero no para todo lo otro, que, al fin y al cabo, termina siendo tan crucial como el amor.

(Qué quilombo)

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