Copla pa' mis vueltas:

Me cuesta pedirle a mi sangre que se calle para poder así yo escuchar a mi parte más racional. Porque a mí la sangre me hierve y me grita y me dice y ordena. Y yo hago lo que me dice, porque eso es lo que me nace y no lo que se me ocurre. Porque lo que se me ocurre en realidad no se me ocurre, sino que son cosas que alguien ya me dijo o que yo ya escuché y que quedaron grabadas en mí, sea yo consciente de esto o no. 
Entonces decía yo que hago lo que la sangre y no lo que la mente, o por lo menos eso intento; y que no me sale ser racional, aunque a veces sea necesario, como ahora. Por eso esta vez me digo que sería bueno poder pensar, porque lo necesito, porque tengo dudas. Y me respondo, a la vez, que estas cosas no se piensan, se sienten, se demuestran. No se analizan, se viven. Así dejo las dudas que me ensombrecen y hasta que me hacen llorar, como aquella vez en la que no me aguanté y los lagrimones me saltaron de los ojos y me lloré todo un mar en su hombro. Porque escribiendo disipo las dudas y disipando las dudas estoy aprendiendo y, en realidad, me están enseñando a ser feliz.

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