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Llora mi pena por vos.

Tus ojos profundos reflejan cierta tristeza oculta atrás de esa sonrisita pequeña y tímida, de esas palabras finitas, voz melodiosa, brillo especial. Sabés que te duele algo adentro y sin embargo regalás abrazos a los más necesitados. Vos, chiquitita, oculta detrás de ese gorrito y esa máscara de simpatía inocente. Vos, imperfecta, borroneada, deshilachada. Vos (qué linda que sos)...
No te ocultes más. No te ocultes más a la vista de todos. No te muestres feliz, sabés que no lo sos. Llorate tus mares, vivite tus penas, sacate las rabias, no te cortes las venas de adentro hacia afuera.


Touché.

Cielo blanco y aburrido. Mariposas en la cabeza. En la panza no, en la cabeza. A mí todo me pasa por la cabeza. Entonces de repente las mariposas empiezan a volar y se van yo las sigo. Me dirigen hacia Lejos de Todo. Cerca de un ser que ni sabía que existía. Sabía que estaba, pero no lo había visto ser.
Cuando sus ojos de cielo (cielo lindo, no cielo aburrido, él es cielo lindo) me miraron, las mariposas se convirtieron en elefantes y me pasaron por arriba y casi me muero, pero sobreviví. Sobreviví por él y para él. Para sus ojos de cielo lindo, sus labios de noche estrellada y su piel de polen. Y después de haber sobrevivido me hice feliz y se hizo feliz, olvidando todo lo que estaba por venir.
Las ondas sonoras y los sentimientos expresados desde nuestros ojos fueron llenando el espacio, dejando cada vez menos lugar en el mundo para nosotros, hasta que terminamos en el suelo, uno al lado del otro, re-pegados, re-juntos, re-volcados. Y cada vez menos espacio: Una pierna al lado de la otra. Después los hombros. Después las manos. Las bocas. Los pechos. Las panzas. Nos fundimos en una sola energía, tan de repente. Y qué mejor forma de separarse que con una sonrisa. La sonrisa de los mil lamentos echados afuera, del comienzo de la felicidad, del adiós a todo lo malo y el hola a todo lo lindo.

Nada me importa excepto esta vida a la que quiero pertenecer, desde aquél día, hasta que termine mi mundo. La única vida que quiero sentir, la única que quiero vivir, la única que quiero querer.
Se acabaron mis "capaz". Se acabaron mis "no", mis corridas, mis escapatorias. Me acabé yo como persona fundida en su propia piel. Este es el punto final de una historia que no quiero contar más. 

Increíble.

Pensar que todo ser humano
quiere tocar el cielo con las manos
y yo lo estoy abrazando.

Un parche para mis heridas;
la cima en la montaña de la vida:
lo encuentro todo en su sonrisa.

Paseo.

Vic y Cami girando felices.

Vic, Bian y Yo sonriéndole a la vida.

Belle Victorie I

Belle Victorie II

Vic, Bian y Cami mirando fotos en la catedral.

Cuando encontramos a Vic.

Morime

Le extendí mi muñeca ante sus ojos y le pedí que me cortara las venas, que me las arrancase. Sólo me miró y me dijo que no lo haría, pero sabía, yo sabía que en ese momento el se moría por hacerlo. Y yo me moría por que lo haga. Lo deseaba con tanta fuerza -y lo deseo- que era capaz de darle lo que quisiera por que lo haga. Por que me mate. Porque no merezco vivir si no tengo una razón para hacerlo.
Perdí la felicidad en el primer suspiro. 

Carmen de colores.

Carmen de colores.
Te mira y te lleva
con su voz, sus colores.
Salen de sus venas
las mariposas, a borbotones.

Le han enseñado a vivir
sólo sus penas y sus dolores.
Y ha aprendido a seguir,
llena de vida, dibujando a las flores.




Hola, amiga. Feliz cumpleaños.

Sesión de terapia.

Tengo mariposas en mi interior. 
¿Que cómo se siente? Raro se siente. Y desesperante. Porque esas cosquillas son energía, que pide a gritos ser liberada, salir de mí expulsada a cántaros y a chorros y a mares. Es medio difícil de explicar, no hay palabras. Sólo es amor. 
¿Que qué más puedo decir sobre el amor? amor. Mío. No lo puedo creer. Son tan pocas las veces que algo es realmente mío... Y ahora no sólo es mío, sino que es lo más grande que puedo llegar a tener. Es amor, amor puro e incondicional, una mezcla entre la pasión más grande que jamás sentí en mi vida y la necesidad de demostrar lo que sé hacer, lo que siento y lo que me importa, a cada instante. Es una construcción. Se empieza, paso por paso, segundo por segundo, desde elegir la banda sonora de nuestras vidas, hasta perfeccionar cada acción que llevamos a cabo durante ella. Y es hermoso ver el resultado final, la suma de lo vivido, lo aprendido y lo logrado. Todos los errores y los problemas superados. Es una obra de arte. Me encanta, lo amo.
¿Que cómo se llama? Se llama aeróbica.


Tengo un quilombo irracional en la cabeza. No comprendo, ni si quiera, por qué hago lo que hago. 
A veces dejo de sentirme yo. Quiero paz. Paz en mi cabeza. 
Salite, salite que me hacés mal.

Les debo.


No me quiero dormir, ni quiero dormirlos, escribiendo frases clichés, sabidas de memoria. No les voy a decir que son importantes para mí, que lo quiero, ni nada de eso, porque ya lo saben. De no ser así, yo no los llamaría amigos.
Les escribo esto para agradecerles, porque tuve un año de antisocialidad, un año en el que me cerré completamente, me ausenté muchas veces y me comporté de una forma muy egoísta. Sin embargo, las últimas veces que nos juntamos, me hicieron acordar lo buenas personas que son. Gracias por haberme terminado de sacar de mi agujero negro, porque a pesar de que no les cuente todo lo que me pasa, ustedes, sin saber nada, me arreglan.
Y les tengo que pedir perdón. Porque soy una mierda de persona, y no les retribuyo nada. Y a pesar de eso, ustedes me entienden, y me aceptan como soy. Yo debería hacer lo mismo.
Gracias por hacerme feliz.