Metamorfosis.

No se trata de crecer ni de envejecer. No se trata de metas ni de puntos finales. Se trata de aprender. Se trata del camino, del recorrido, de alcanzar.
El tiempo sólo existe en la mente de uno mismo. Yo lo erradico de mi mente porque no quiero medirme en años, meses, días, horas, minutos y segundos. Quiero medirme en recuerdos, en libros leídos, en cosas aprendidas. Quiero que crezca mi visión, que se amplíen mis pensamientos y que aumenten mis conocimientos. El tiempo en sí no significa nada para mí. No necesito edad, no quiero tenerla porque no creo en ella. ¿De qué vale haber vivido cincuenta años sin conocerse nunca a uno mismo, si no se esparce uno por el mundo y si no aprende ni acumula? Se puede ser un viejo pequeño, porque la grandeza, creo yo, se mide en la cantidad de cosas descubiertas, no en los días que llevamos respirando. Respirar ni si quiera se acerca a lo que realmente es existir. 
De hecho, no creo que exista la vejez. O, por lo menos, no aquella que es sinónimo de decantación. Yo creo en la transformación. Porque no se trata de envejecer, sino de evolucionar.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario