yo (des)espero.

Hay algo de belleza amorfa en vos, puesto que no la encuentro en tu cuerpo; no la descifro en la forma de tus labios pero sale constantemente de tu boca; no la veo en tus ojos pero ellos parecen mirarla todo el tiempo; no la huelo en tu piel: la huelo en todo el barrio.
Provocación: morderme el labio inferior constantemente como cuando recién aprendía yo, ninña felino, a mirar al lobo a la cara mientras él endulzaba mis sábanas. (O las suyas). 
(me) dio cuenta de una desconexión - casi fatal, estaba yo en coma (inducido) - entre mi cabeza y mi lengua (inflamadas ellas de tan poco silencio).
Soy pa(de)ciente.
Sufro estúpidamente la coronación de los demás animales de diversas especies todos comidos por el mismo lobo y yo no puedo dejar de pensar que fui la primera. Primer presa. Y aquí luego de haber sido deseada querida buscada esperada conquistada comida desgarrada saboreada engullida degradada... Soy materia fecal.

No me puedo dormir y debería, de una vez por todas, despertar.

(entregada al vacío absorbente: la niña felino observa la Luna desde el fondo del pozo y descubre que hay otra forma de mirar). Es que se olvidó su ego en casa.
No sé si abrí los ojos o estoy ciega. 
Tiemblo. Tengo miedo. Aúllo. 
¿Qué voy a hacer, ahora hacia dónde corro? 
Me cansé de caminar coja, herida, mordida. 
He recuperado mi propia pierna y al alba canto y vuelvo a caminar. 
Pero sé que la caída de la noche sucede todos los días y que los lobos están detrás de mí. 
Ahora decíme, por favor, ¿cómo se hace para ser amiga del lobo? 
En realidad quiero hacerle el amor.
¿Cómo hago que la bestia entienda? ¿Cómo le explico mi dolor? ¿Cómo le demuestro que podemos llorarle a la Luna juntos? 

No. Debo llorar en silencio, escondida:
El lobo siente hambre y, antes de morir, preferirá matarme.

mi muerte

Lobo, casi muerto por tu hambre
a pesar de tanta distancia
aun hueles mi sangre.

Aunque la hemorragia no se detiene,
hoy ya no busco una cura:
hay heridas que no tienen sutura.
El frío y la lluvia ya no importan,
entendí que la vida no se acorta,
que no existe el tiempo lineal
sino la consecuencia de toda mi humanidad.

El día en que el animal me alcance
no habrá flor que me adorne
pues no tendré manos ni cabello,
seré polvo, esperando que me vuele el viento.
Y un aullido de lobo hambriento
será acaso el único lamento
cuando al fin descanse, escondida en el silencio.

Enero.

"Fue en verano. La Luna nos miraba y las estrellas llovían. Nos perdimos en un bosque viviente que absorbió nuestras vidas y nos empujó a jugar, despojados de reglas, de palabras, de tiempo, olvidados en una conjunción subalterna de dimensiones abrasantes, profundas, hundidas y entrelazadas como círculos en el viento. El suelo nos expulsó del bosque, como un nacimiento. Hizo surgir del mar un Sol de luz eterna. Fuimos mente, universo, color y polvo. Brotamos. Buscamos respuestas. Encontramos razones."

http://ocasionesespaciales.bandcamp.com/
Capullo desnudo pide vida

aflora un secreto guardado en lo profundo
la clave del llanto es el tiempo de este mundo:
pena eterna del ser humano, autocondenado a lo lineal,
al principio y al final.
Hablé de final cuando siempre me había llenado la boca de infinitos. Hablé de destrucción sin creación, hablé de muerte sin sueño, hablé de amor cuando yo no creo en nada.

buenosaires

Buenos Aires, te camino y te odio. Vos, ciudad melancólica. Melancólica porque gris, sucia, plana, triste. Melancólica porque tus arquitectos, tus autores materiales y tus autores intelectuales, todos, fueron y son unos descontrolados. Melancólica porque tus edificios extrañan sus viejas fachadas,tu gente extraña vivir apasionada y se refugia en la mentira de los medios, de los turistas que dicen que el argentino es apasionado. El porteño no, no mintamos más, te opacaste. Buenos Aires, resentida, ciudad que fue y que ahora busca ser algo que no es, viviendo de las lavadas de cara que le dan sus gobernantes, tratando de ocultar a los indigentes que duermen en las plazas, tratando de hacer que la gente se mienta para no sentirse vacía. La gente como yo (¿qué será "como yo"?) odia Buenos Aires, porque le representa el trámite, el tránsito, frustraciones, trabajos que aburren al tiempo. ¿Cómo se hace para quererte, Buenos Aires? Si te tengo que mirar todos los días. Te miro, te observo y te pienso y a cada momento siento que te quiero menos, con tus miles de soles reflejados en la acera clara, en el edificio espejado, me dejás ciega Buenosaires. Con tus arquitecturas viejas y hermosas pero descuidadas, rotas y sucias. Con tus edificios modernos tapando la vista al río. Con tus vestigios de grandeza, tu olor a basura, tu gente que vive de paso, ni hablar de los turistas, no nombremos las horas pico, buenosaires, somos todos inmigrantes. ¿Cómo quererte buenosaires, cómo hago para extrañarte? ¿Cómo alejarme del centro de las cosas, en torno a lo que todo gira? Yo no puedo y te odio, Buenos Aires.

el sentido

La abreviación del sentido del ser acotado a sólo algunos aspectos, minimizado a la menor cantidad de palabras. Intrincado como sólo lo pueden ser las incógnitas del humano curioso, enfermo, caprichoso. ¿Qué es lo que nos ata a lo que estamos atados? 
Simplificación constante en el sentido explicativo, lo que da como resultante un caos cerebral, una pelea entre la negación y la realidad, entre lo que se siente y lo que se cuenta, entre lo que se ve y lo que se mira. ¿Qué es lo que nos lleva a pensar una cosa, decir otra y realizar una tercera? 
Creerse menos animal por procesar las cosas, analizarlas, volver a un sentimiento una manufactura. Reprimir impulsos naturales, voraces, violentos. Desgarrar el sentido propio buscando caminos que no existen. Actuar como si tener un plan nos diera alguna certeza. Limpiar la conciencia de errores, recordando furtivamente los actos pero no su raíz. Explicando. Justificando.
Pensar las respuestas más sencillas. Tener miedo. Naturalizar. Organizarse. Ser ciego y sordo. Estar frustrado. Creer que es tarde. 

¿Cuándo perdimos la capacidad del acto reflejo?