Que ciertas cosas me pisan los talones, supongo que será verdad.
Será verdad también que el tiempo me consume como yo consumo cigarrillos y podría ser verdad que también me consumo entre los dedos de alguien. 
Será verdad que el futuro que ya me huelo, palpo y siento en realidad ya es mi presente porque sucede a cada instante. ¿Cómo explicarlo? Es mirar al horizonte sin darte cuenta de que ya estás parada en otro horizonte. Es correr tras el viento sin percibir que él está adelante, al lado y por detrás. Simplemente es y será. Y las burdas preguntas de quienes se crean existencialistas quedarán fácilmente ahogadas en el pensamiento abstracto de un bicho o animal o persona de instinto, salvaje, ¡que vive, carajo! porque no hay mañana te digo, no hay nada.
Vivimos afiebrados, como el suelo que llenamos de cemento. Lo recubrimos de esa coraza idiota como nos recubrimos a nosotros mismos. Nos alejamos del contacto, nos atrofiamos los sentidos.
Hay que renovar. Destruir, volver a crear.
Despertarse y repensar. Oler y beber el ritmo de los días y las noches. Abrazarse a lo que respira y no a lo que habla nuestro mismo idioma.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario