Vivir estallando, creando, sintiendo. Con el orgasmo a flor de piel, el grito salido del pecho, los demonios peleando en la garganta, la sangre hirviendo. Vivir con pasión, desde siempre y hasta el fin de los días. Porque perder la pasión es empezar a morir. Y porque un beso no se le niega a nadie.
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